Era 1981, unos meses después del golpe de estado de Tejero. Estábamos en la sede de Fuerza Nueva y nos disponíamos a sacar un puesto donde vendíamos toda clase de llaveros, pegatinas, pins, banderas etc…. Entonces había una grillera de la policía nacional debajo de la sede pues estábamos amenazados por la UPA (Unión Popular Antifascista) que dirigía Doris Benegas.
Nos disponíamos a repartir unos panfletos en los que se pedía la libertad para Tejero y Milans del Bosh. Decían algo así como “TEJERO, MILANS, HONOR Y LIBERTAD”.
Al bajar a la calle no se me ocurre otra cosa que acercarme a la lechera y entregar un panfleto a cada policía: “Tomen ustedes, que estarán aburridos y por lo menos leen algo”.
¡Oigan ustedes! nos espetó el guardia ¿Se puede saber qué demonios es esto? nos preguntan a mi amigo Vicente y a mi, ” son unos pasquines para pedir que liberen a los honorables Tejero y Milans” le respondí yo. ¡¡Documentación!! nos gritó. Le damos el DNI y nos dice “quédense ahí sin moverse y que yo les vea”
El guardia se pone a hablar por la radio de la DKV y tras más de media hora se baja y nos dice “quedan ustedes detenidos por apología del terrorismo, tiene que acompañarnos” Creí que me daba un mal, pues tenía sin hacer todos los deberes y exámen al día siguiente.
Al momento llega un coche Z y nos trasladan a la comisaría de policía. Bien pensé que nos aplicarían la Lay antiterrorista, que consistía en hinflarte a ostias hasta que cantaras. Pero no.
Nos recibe el Jefe de la Brigada Social, que es lo que hoy se llama Brigada de Información, el señor se llamaba D. Luis Gómez Rico, un buen hombre aunque policía de profesión. Por aquél entonces habían mandado policías de fuera para desmantelar a la “extrema derecha”, que era mucha y muy violenta.
El caso es que tras tomarnos declaración, nos quitan los panfletos y nos advierten muy serios “que sea la última vez, a la próxima llamamos a vuestros padres”
No nos hicieron nada, pero nos ficharon.
Al día siguiente volvimos a repatir aquellos panfletos, pues estaban permitidos por el Gobernador Civil y teníamos permiso.
Esa fué la primera vez que me detuvieron, luego vendrían más y más, pero eso es otra historia.
Rafael. Valladolid

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